domingo, 10 de febrero de 2008

Albatros





Solitario, de mirada ausente.
Ajeno a las mieles efímeras de la gloria (con tanto cielo bajo las alas).
Dueño del perfil portentoso del Atlántico, permaneció inmutable ante nuestra mirada indiscreta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El albatross es un engendro fascinante.
Es decir, me proporcionó una de las sorpresas mas bellas, para alguien que gusta de las sorpresas y los descubirmientos.
Era enorme.
Aunque ya lo había leído, en mi mente había quedado fotografiado como una gaviota grande.
Lo cual es verdad.
Pero al verlo a tamaño natural en el museo Británico comprendí cuánto.
Y debo decirle señorita, que para honrar el buen uso del lenguaje, debemos decir que "permaneció inmutable" ante su mirada.
Buenos días.

María dijo...

Se agradece la corrección que ya obra en la entrada.

Vale decir que esta toma oculta -más que mostrar- los rasgos de este gigante que puede llegar a medir 3,5 metros de envergadura y del cual se han documentado recorridos de más de 6000 kilómetros en cuatro semanas.

Ave de conducta solitaria, planea en vuelo interminable sobre la superficie del agua y sólo se establece ocasionalmente en alguna isla remota durante la temporada de reproducción (Georgias, sobre todo).

La observación de albatros (y de algunas especies de petrel) es un hecho cada vez más raro, por causas que todos conocemos.

La mayoría, irremediables.

En cuanto al parecido: aunque hasta la más triste de las gaviotas tiene lo suyo, una mirada atenta encontrará que las singulares proporciones ostentadas por el albatros no constituyen la única diferencia a su favor.

La elegante línea del cuello y la mirada profunda que dibuja la ceja no son características despreciables.

Ah, y por supuesto, el nombre...