Vespertino

Soledades y otros poemas

Llueve, apenas

Dos y dos... ¿en común? la fecha, la persistencia de la llovizna...

Comesebo patagónico degustando cordero fueguino...

Eternidad

Un Norte megalítico que, curiosamente, está al Sur.

Atlántica

Mis montañas II

Cañadón Negro y heladas inmediaciones...

"An then so clear"

...So much again and weightless

In the motherworld of space

We fail to form to come to

And the razor mountains fade

And the day is cursed in shame...

Brian Eno

Garza bruja

Quítele el graznido,
el sonoro chasquido de las alas al emprender vuelo,
el rítmico balanceo en las ramas desnudas de su gravidez serena...
Quedará la tímida sombra de la garza bruja:

Esteparia

Bajo el frío sol de otoño...

El carcaj de acometer distancias...

Algunos amigos...

Mis montañas

"Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal..."

Silvio Rodríguez

Historias mínimas

[...]
Reivindico el espejismo

de intentar ser uno mismo,

ese viaje hacia la nada
que consiste en la certeza
de encontrar en tu mirada
la belleza.

Luis Eduardo Aute

Gaviotas

"Una mujer innombrable,

huye como una gaviota..."

(Silvio Rodríguez)

Argumentum ornithologicum

Cierro los ojos y veo una bandada de pájaros. La visión dura un segundo o acaso menos: no sé cuántos pájaros vi ¿Era definido o indefinido su número?

El problema involucra el de la existencia de Dios. Si Dios existe, el número es definido, porque Dios sabe cuántos pájaros vi. Si Dios no existe, el número es indefinido, porque nadie pudo llevar la cuenta. En tal caso, vi menos de diez pájaros (digamos) y más de uno, pero no vi nueve, ocho , siete, seis, cinco, cuatro, tres o dos pájaros. Vi un número entre diez y uno, que no es nueve, ocho, diez, siete, seis, cinco, etcétera. Ese número entero es inconcebible; ergo, Dios existe.

Jorge Luis Borges

Gaviotín sudamericano

Conocido en remotas latitudes.
No es más que un leve, mínimo...
fugaz disparo de nieve.

En las alturas (Bandurrias II, recargado)

Bandurria buscando cámara que buscaba bandurria.
La encontró.
Así de simple.

Primos lejanos...

Hace un tiempo espiábamos a un caballero negro (biguá) que retozaba en una pequeña laguna.
Aquí les presento a unos primos lejanos de aquel fulano. Éstos prefieren las alturas ríspidas desde donde se puede gobernar el océano.

Enigmáticos vigías que conocen la silueta de las despedidas y han visto zarpar un barco que no volverá jamás.

Cormorán real

Cormorán de cuello negro

Halconcito colorado

Lejano, sí.

Lo suficiente como para mantenerse dentro de los límites de la libertad.

Inauguramos nueva sección...

Dadas las figuras que nos ocupan en estas dos últimas entradas, nos vemos en la obligación de inaugurar la sección "Peinate que viene gente", dedicada íntegramente al retrato de visitas periódicas.
En este caso, una pareja de juveniles.

Pingüino magallánico

Albatros

Solitario, de mirada ausente.
Ajeno a las mieles efímeras de la gloria (con tanto cielo bajo las alas).
Dueño del perfil portentoso del Atlántico, permaneció inmutable ante nuestra mirada indiscreta.

Tierra adentro...

Pato overo, dicen las malas lenguas.




Biguá (el "negro", pa' los amigos)